Parque Arqueológico de San Agustín (1)


Colombia tiene cuatro sitios que han sido declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, uno de ellos es el Parque Arqueológico de San Agustín, ubicado en los municipios de San Agustín e Ísnos (Huila).

Para ver el mosaico ampliado hacer click sobre el.

Parque Arqueológico de San Agustín (2)


El Estrecho del Rio Magdalena

En los municipios de San Agustín e Ísnos (Huila) hay varios lugares interésantísimos, dignos de ser visitados por su belleza natural, por su importancia histórica o por su atractivo cultural. Uno de ellos es el Estrecho. Se trata de un tramo del rio Magdalena en el que se reduce el ancho y aumenta la profundidad del agua, es una formación rocosa muy interesante que en el punto más angosto mide 2.20 Mts.
Dicen que hay personas que pasan saltando de un lado al otro, y dicen también que aquellos que no logran llegar al otro lado y caen al agua, no vueven a salir a la superficie. Pese a lo calmada que se ve el agua en ese punto, al parecer hay una o varias cuevas y el agua chupa con fuerza a los desafortunados, incluso cuentan que alguna vez vino un buzo experto de otro país, que se sumergió amarrado y que luego de un rato prolongado, al ver que no salía, sus ayudantes tiraron de la cuerda para encontrarse con que se había reventado... y del buzo no se volvió a saber.
El Estrecho queda enmarcado en un paisaje bellísimo, la vista es excepcional desde donde se mire, realmente es un lugar que vale la pena visitar.

Mis días en San Agustín (1)


Arribé a San Agustín (Huila) a eso del medio día, pero como no había confirmado mi llegada a quienes me iban a recibir, me tocó quedarme esperando toda la tarde a que regrasaran a casa de sus respectivos trabajos.
Di muchas vueltas, cosí mi zapato, dormí a raticos recostado por ahí e invertí mi valioso dinero en una buena cantidad de mecato comprado en varias tiendas del lungar.
Por fín, a las siete de la noche me recibieron en su casa doña Blanca y don Roberto, padres de mi amiga Johanna, quien vive en Popayán (Cauca). Puedo decir que me trataron como a un hijo, pareciera que nunca hubieran recibido a alguien y estuvieran dichosos de poder atenderme. Luego de las presentaciones necesarias me dí un buen duchazo con agua helada y comí (más adelante hablaré de la comida; hablamos un rato y me fuí a dormir plácidamente.
Al día siguiente, sábado, mi despertar fué algo inesperado: doña Blanca sirviéndome el desayuno en la cama, que pena, en medio de la verguenza tuve que comerme semejante montaña de patacones, senda pila de huevos revueltos y tremendo pedazo de carne, todo acompañado con el jugo de una media arroba de naranjas y una tacita de café. Luego de aquel desayuno que para mi valdría también como almuerzo, me quedé un rato haciendo pereza en la cama y viendo televisión en ese gigantesco aparato que tienen, cuando doña Blanca fué a pedirme un favor, muy avergonzada por molestarme de esa forma: resulta que ella es profesora de primaria y esa mañana había llevado a varios niños a la casa para darles un acercamiento básico al uso del computador, pero creo muy probable que los niños (ninguno de los cuales se había sentado antes frente a un computador) supieran más de eso que ella, entonces se le ocurrió que de pronto yo sabía algo al respecto.Me levanté y pasé el resto de la mañana con los chicos, encantados ellos y yo por el rato que estábamos pasando, dibujamos, esbribimos y aprendimos algo sobre el teclado, en realidad fué un rato bastante agradable.
Luego de que se fueron almorcé con la familia: Los dos ya mencionados y Andrea, quien trabaja en Garzón (Huila) y solo va los fines de semana a ver a sus padres y a su pequeño hijo Alejandro. Pasé el resto de la tarde haciendo pereza, con ganas de salir pero más ganas aún de quedarme y no hacer nada.

Zapatos viejos

Bueno, en mi equipaje llevo: unas zapatillas especiales para montar bicicleta, un par de sandalias y unos zapatos de diario, éstos últimos resultaron un fiasco teniendo en cuanta el poco uso que les he dado durante el viaje.
El izquierdo tenía unas pequeñas rasgaduras que se acrecentaron apenas salir de Bogotá... fué cosido adecuadamente.
El derecho se rompió levemente cuando me caí en el Desierto de la Tatacoa (todo por salir a correr para alcanzar a quedar en una bonita foto que nunca fué, el resultado: una torcedura de tobillo) y en poco tiempo el roto se convirtió en lo que ven el la foto, el colmo...
Llegando a San Agustín pasé un buen rato en un parque cosiendo dicho zapato, pero no sirvió de mucho, ya estaba desauciado el pobre.
Afortunadamente mi primo Diego, en Florencia (Caquetá) me había regalado dos pares de botas que no le quedaban muy bien y que se encuentran en perfecto estado de salud, de manera que decidí licenciar mis zapatos viejos y continuar el viaje con un par de botas que, aunque pesadas y aparatosas, estoy seguro no me dejarán botado ni permitirán que vuelva a caer presa del dolor que produce una torcedura de tobillo.

Día 15: Rumbo a San Agustín (Huila)

Entre los municipios de Pitalito y San Agustín, en el departamento del Huila, hay alrededor de 30 Km. El terreno es quebrado y me habían dicho que había subidas duras, pero no imaginaba yo lo que me esperaba.
Los últimos 5 Km. son salvajes, se trata de una subida tremenda llena de curvas y con unos paisajes asombrosos, un cañón con un rio por un lado y unos precipicios lo más de bonitos por el otro, me demoré casi una hora en recorrer cuatro kilómetros y el último antes de llegar a San Agustín lo hice después de un prolongado descanso a la sombra de un árbol (inicialmente estaba acompañado por unos caballos, pero creo que no les gustó mi apariencia y se fueron a pastar a otro lugar, libre de ciclistas).
Hay muchas tiendas en el camino y en casi en cada casa ofrecen minutos de celular. Es una de las zonas rurales con más densidad de construcciones que he recorrido hasta ahora.

Gatos de Tienda

En Pitalito (Huila) pasé una noche en casa de una familia que no conocía e iba recomendado por una persona que tampoco conocía. Me dieron posada y comida, lo cual agradezco muchísimo.

Salí a conocer el municipio y en la puerta de un minimercado había un gato, me quedé mirándolo y noté más adentro otro y otro más... no se cuantos habría pero estaban por todo lado, en los estantes junto a la sal y el aceite, en los rincones y caminando por ahí en medio de los clientes.
En Colombia se les llama gatos de tienda a aquellos mininos que se dejan acariciar por cualquiera, los de este minimercado son totalmente dignos de ese apelativo.

Día 13: De vuelta en Garzón (Huila)

Al Caquetá me fuí en bus, en parte por retomar el cronograma ya que estaba atrasado, y en parte por seguridad, pues me recomendaron varias personas que no fuera por allá en bicicleta (después me arrepentí por hacerles caso, pero en el momento me pareció sensato).
Había dejado a Cleopatra en Garzón, en casa de Paola Torres, ella no estaba pero su mamá me atendió muy bien.
Pensaba seguir ese mismo día ya que viajé desde Florencia (Caquetá) temprano en la mañana pero doña Nelly me convenció de que me quedara y conociera un poco más el municipio, yo acepté y me tomé el resto del día para arreglar algunas cosas del equipaje y para salir a caminar.



Catedral de Garzón, ubicada en el parque principal.
Atardecer, desde la puerta de la catedral.
Iglesia de Nazareth, queda frente a un bonito parque del cual no publico fotos, pues ya era tarde y no llevaba conmigo el trípode...

Martha y Diego

Mi primo Diego y su esposa Martha me recibieron en Florencia (Caquetá), tienen una casa grande y muy bonita que comparten con su perro Tobías.
Casi todos los días van a atender la ferretería que queda en el centro de la ciudad y de la cual son propietarios.
Es raro que reciban visitas, a ambos les gustaría mucho que más personas fueran a visitarlos, por lo menos los familiares.

La finca en Morelia (Caquetá)

Algunas fotos almanaqueras tomadas en una finca como cualquier otra.

Don Francisco

Es la persona encargada de atender los reclamos a la empresa de energía eléctrica en el municipio de Morelia (Caquetá), dice que en el tiempo que lleva en ese sector ha visto muchos cambios sociales y económicos, antes por la carretera (que por estos días están pavimentando) se veían muchas casas abandonadas y terrenos descuidados, ahora hay seguridad y la gente ha vuelto y están recuperando la zona, ahora es mucho más bonito.

Parqueado Caqueteño

En Florencia (Caquetá) las calles son anchas y barrigonas, muy barrigonas, al extremo que el centro de la vía está a máyor nivel que los andenes, pero de éstos a la calle hay hasta 80 cm. en algunos casos.
Hay muchos motociclistas que transitan como si fueran enjambres por todo lado, normalmente parquean sus vehículos al lado del andén, pero no en paralelo sino casi de frente, ocupando un buen espacio.
Y los automovilístas parquean como sea, no todos por supuesto pero hay algunos que generan asombro, para la muestra un botón.

El Ventilador

El ventilador aquel en el hotel de Hobo (Huila) resultó ser una tortura, todo el tiempo con la sensación de que el fín del mundo estaba llegando, de que los cuatro jinetes estaban ocupados jugando póquer y de que en su lugar habían mandado al ventilador del apocalipsis...
Ahi está la prueba.
Imaginen una noche con éstas dos opciones: ventilador maldito o malditos zancudos.


(Para ver el video hacer click sobre el ícono play, indispensable tener parlantes o audífonos).

Faiber Aroca

Cuando llegué a Hobo (Huila) me paré en el parque a tomar avena helada, estando en esas sale de entre la multitud de paseantes anónimos un rostro conocido diciendo: "huy, ahora si le creo que se fué a viajar por Colombia..." se trataba de Faiber Aroca, uno de mis últimos clientes, quien estaba visitando a sus abuelos en el municipio de Pital y ya iba de regreso a Bogotá, hablamos un rato, me firmó mi libro de visitas y nos despedimos.
Fué muy agradable encotrármelo en ese lugar.