Día 24: Mocoa - Sibundoy 2da parte
Ver primera parte del relato.
Poco después decidí parar una camioneta de pasajeros, subimos la bici atras y la amarramos, me metí con la esperanza de estar tibio, pero no fué tanto. Me dijo el conductor (quien resultó ser un salvaje al volante) que estaríamos en Sibundoy en dos horas y media.
El viaje se me hizo eterno, al comienzo traté de disfrurutarlo, ver el maravilloso paisaje y tomar algunas fotos, pero decliné. La camioneta brincaba mucho y yo estaba preocupado por Cleopatra, que estaba en mala posición.
Intenté vomitar varias veces pero tenía el estómago casi vacío.
Afortunadamente para mi se pinchó una rueda de la camioneta, mientras la cambiaban desmonté las alforjas y el resto del equipaje para acomodar mejor la bicicleta.
En ningún momento había dejado de llover.
En marcha de nuevo me pude poner el chaleco de plumas que en algo ayudó a calentarme aunque al poco rato estaba mojado.
Seguí tratando de vomitar y lo único que hice fué expulsar la bebida hidratante que había tomado horas antes (la misma que se digiere más rápido que el agua, como no).
Por fín luego del tiempo prometido llegamos a Sibundoy, ya no llovía mucho y algo estaba calentando.
Hace tiempo que no me sentía tan bien por algo.
El viaje en camioneta me costó 12 mil pesos y el salvaje me recomendó un hotel barato con una cama muy cómoda desde la cual escribo esto a las 11 de la noche, luego de haber descansado adecuadamente.
PD 1: el recorrido en camioneta fué de unos 58 Km.
PD 2: Las maravillosas corazas plegables resultaron un fiasco, luego de 40 Km. una se reventó y deformó y la otra ya está rasgada. Mucho kevlar y no se qué, pero sacaron la mano de todas formas.